Caminando o corriendo, apresurado o meditando cada paso, saboreando los segundos o simplemente dando tumbos y esquivando los saltos del segundero, tratando de golpearte con una frase seductora, dejando los espacios para que el tiempo lleve mis prospectos a tus oídos y de paso, a los albores de tu alma.
Intentando alcanzar esa gota de atención que me regala tu pupila temblorosa, inventando movimientos caprichosos para revertir tus posturas y colocar mi mirada directa y obstinada en ese hermoso lunar junto a tu boca, que intentas tapar con tus manos y que tanto, pero que tanto te llena de belleza, de esa hermosura coqueta, de tacones, de sonrisas cohibidas y de esa enorme figura que solo tu sabes llevar, con una mano en tus cabellos y la otra en un papel, que viaja junto a ti, como quisiera hacerlo yo, hasta el límite del tiempo y hasta el borde de cuerpo, sin razonar y sin mas empeño, me reconozco un aprendiz, que solo intenta llegar....
llegar al centro de ti.
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