lunes, 15 de septiembre de 2008

Suspiros en la niebla



La niebla no me deja ver más allá de un par de metros, no se lo que vendrá pero no dejo de caminar, el misterio no me detiene, al contrario, el enorme magnetismo que genera esa duda, que llama a los suspiros a nacer desde mi centro, me gusta demasiado.

Esa incógnita me atrae, eso desconocido me provoca avanzar y el desconcierto me provoca vértigo; de ese que desarticula mi cabeza y eriza mi dermis, que genera tiritones y sonrisas sudorosas.

La bruma me ciega... sale un gemido, porque el desafío y la emoción me llaman; y no me detendré hasta lograr un acabado conocimiento de lo que hay detrás, de eso que no puedo ver, de esa intriga que tanto me sublima y me trastorna las arterias, generando enormes bocanadas; y me sigo desplazando, a pesar... de esos suspiros en la niebla.

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